Aprende francés con toda tu ilusión… con el corazón
¿Por qué hablar de corazón en el aprendizaje del francés?
Me gusta mucho esta expresión porque pienso que todo lo que se hace con amor y pasión siempre sale bien.
En realidad , esta expresión no es exactamente la realidad de lo que ocurre. No es el corazón el que está implicado en los resultados del proceso de aprendizaje sino nuestro precioso cerebro. Et oui!! Nuestro cerebro es el gran director de orquesta de todo lo que hacemos, pensamos y sentimos.
Nuestro cerebro es es un órgano muy potente que funciona durante toda nuestra vida. Durante los últimos años, la NEUROCIENCIA, ha descubierto que las personas aprendemos y desaprendemos pensamientos, comportamientos y actitudes de forma continua.
Nuestro cerebro es como un árbol que tiene ramificaciones y que cada vez regenera nuevas ramificaciones que a su vez conectan con otras que son nuestras experiencias. Es como si abriera nuevos caminos: al principio parecen difíciles pero practicando hacemos que estas ramificaciones ya establecidas se unan a las nuevas y entonces conecten la información para que el nuevo aprendizaje se adquiera.
¿Y por qué cuento todo esto?
Porque es precisamente el objetivo que persigo en mi trabajo: estimular el cerebro de manera natural y agradable para que el aprendizaje sea fácil y duradero.
El gran «secreto» de nuestro cerebro es que necesita repetir, practicar para que esos circuitos se establezcan. Entonces, esa repetición la realizo usando cualquier actividad lúdica o artística susceptible de estimular la comunicación entre las neuronas de nuestro cerebro.
Parto del principio más básico de todos: si haces algo con ilusión, con amor y lo disfrutas conseguirás todo lo que te propones.
En términos neurocientíficos sería algo así como decir:
«Si tu cerebro está bien estimulado, el aprendizaje se verá reforzado de manera natural y agradable»